Ahora dibuja en tu mundo pequeño
las constelaciones
habla para quien nunca
podrá escucharte
Siete-los perros del cielo no puede leerse de otra manera que no sea regresando, se despliega a nuestro pies como una estructura circular, en espiral como el estambre de las flores o las antenas de algunos insectos. En El Hogar de los animales Ada y Agua ya estaba presente un linaje femenino, estirpe de madres y abuelas vertebrando el discurso. Depués de leer este último poemario, he entendido que no se trata sólo de un abordaje temático: ese universo de cocinas, constelaciones, jenjibre y mantitas de lana tejidas a mano que pasan de generación en generación, tiene su correspondencia en la propia estructura del libro: abierta, "arbórea", no lineal, invocación expuesta como vientre en el que se reflejan las constelaciones y en el que, a su vez, esas constelaciones se gestan.
El poemario está atravesado de espectros en el sentido de psicofonías: voces y tiempos que se mezclan en un eterno presente cosido por el miedo y la dominación masculina.
Escritura que pone en juego riesgo formal sin renunciar a un lirismo delicado y lacerante: hay ludismo en el trato con la sintaxis pero no falta ese temblor que hace del poema algo más que un "fiambre de palabras muertas", artefacto puro y duro. Las palabras en algunos momentos parecen sujetas al poema por pinzas de la ropa, con esa fragilidad asoman.
Los poemas fluyen como ese rezo de la abuela Carmen: cotidiano, sin afectaciones, pero con la carga de enigma necesaria para conmover los párpados. Esta cualidad la encontramos en el cine de Erice, por ejemplo. Hace poquito dediqué una entrada a El espíritu de la colmena, creo que estos poemas de Yaiza dialogan de manera muy secreta con la sensibilidad desplegada por Erice. Celdas de panal, estambres, constelaciones: la geometría del candor abatido en los espacios más cotidianos.
LG
La verdad del alma es metafórica
Partiste la luz en siete colores o te dividiste en siete, de tu
condición de cristal a horcajadas sobre los siete perros
condición de cristal a horcajadas sobre los siete perros
del cielo: así pudiste segar las palabras de ella en los
otros, e introducirlas
en esta cesta de versos
Fue en el momento del sueño, cuando el prisma se
enfrenta a la luz, cuando el cuerpo
lucha contra su propia herrumbre
Así conociste la verdad sobre el alma o la trampa de la
---------------------------------------------------[luz:
aún siendo luz,
al otro lado se parte
otros, e introducirlas
en esta cesta de versos
Fue en el momento del sueño, cuando el prisma se
enfrenta a la luz, cuando el cuerpo
lucha contra su propia herrumbre
Así conociste la verdad sobre el alma o la trampa de la
---------------------------------------------------[luz:
aún siendo luz,
al otro lado se parte
Muertos vivientes sujetados a la vida por pinzas de la ropa,
seres que comen sobre hojas de palma, un bebé deslumbrado por
las alas del ave o el hombre con sombrero que hablaba a los
jazmines: todos te oyeron cabalgar.
seres que comen sobre hojas de palma, un bebé deslumbrado por
las alas del ave o el hombre con sombrero que hablaba a los
jazmines: todos te oyeron cabalgar.
Partiste en siete la luz, dentro del sueño: pero fue el
-------------------------------------[inicio del canto.
El sacerdote, con su tradicional ignorancia, impuso la
explicación unívoca del yo: deja a los espíritus ga-
llináceos picoteando su mijo.
Tú lo supiste: la luz estaba en siete cuerpos,
en la misma vibración de tu lenguaje.
Vuelve al poema
*
Ahora conoces la trampa de la luz o la verdad de
-----------------------------------[alma es metafórica
-----------------------------------[alma es metafórica
se cristaliza en versos
muy lentamente
pronuncian
un número
¿A dónde vas a horcajadas sobre los siete perros del
--------------------------------------------------[cielo?
al otro lado del cristal
el hombre con sombrero le hablaba a los jazmines
A Carmen: al otro lado
del prisma, el molde
de saber dar
Digamos que por el hijo cae la sal sobre las páginas
de un libro primigenio
y sólo por él la luna, el sol la tierra (soy mencionada,
como un intenso atributo)
sólo por él no corto los hilos -de la figura,
y aún tejo las redes
antes del mar
- en la sangre quedaron bien peinados ,
como hileras,
sus movimientos
entonces entonaba la geometría
- el secreto de la colocación balaba
la escritura
del mar vengo, para la tierra he sido
un atributo intenso
aquí y ahora no deben ser permutados, justo el tiempo
de la lactancia
(susurra de boca del secreto
en la gruta que daba al agua)
Sólo por él, el tiempo la obra sobre el tambor
del vientre
habrán de clavarme
o concedido el amor para entregar la sal,
aún viva
cae
de mis manos al libro
de mis manos al libro
Ilustración de Esther Rodríguez Cabrales para un poema del libro.
Poeta y narradora, Yaiza Martínez es Licenciada en Filología Hispánica (UCM).
Libros de poesía: Rumia Lilith (2001), El hogar de los animales Ada (Editorial Devenir, 2007), Agua (Ediciones Idea, 2008) y Siete: Lo perros del cielo (Club Leteo, 2010).
Es también autora de la novela Las mujeres solubles (Lulu.com, 2008). Poemas suyos han aparecido en diversas publicaciones como El signo del gorrión, Vera, Los noveles o ABC Cultural. Ha traducido El Señor de Ballantrae de R. L. Stevenson (2005) para la editorial Marenostrum. Ha ejercido la crítica literaria en la revista Reseña. En la actualidad es traductora y redactora-jefe de la revista de Ciencia y Humanidades Tendencias21.